jueves, 14 de junio de 2012

La sucesión familiar



La sucesión inevitablemente afecta a la familia

"Lo que más feliz me hace en estos momentos es haber firmado la paz con mi familia", declaró la semana pasada Lluís Llongueras, fundador de la conocida cadena de peluquerías y salones de belleza,  tras firmar ante el notario un nuevo reparto accionarial, que puso fin al conflicto que durante seis años mantenía separada la familia.
El conflicto se remonta al 2006, a raíz del divorcio del fundador, porque la familia empresaria no estaba preparada para asumir las consecuencias de la separación y del nuevo matrimonio que contrajo. Hechos que llevaron a un enfrentamiento entre las dos familias del peluquero y obligaron, a separar la gestión de sus negocios y diferenciar las marcas.
Casos como este son numerosos y a veces llevan a unas situaciones extremas (como la que vemos en la foto). Existen fuertes relaciones entre las causas y efectos y un sistema tan complejo, como es una empresa familiar, no se salva de la Teoría de Sistemas que afirma que "El sistema siempre reaccionará globalmente a cualquier estímulo producido en cualquier parte o unidad". Entendiéndolo, es más fácil ver que el proceso de la sucesión inevitablemente afecta también a la familia.
Con la incorporación de nuevos miembros la estructura se altera, se vuelve más compleja y en la familia hay que prepararse para un tipo de relaciones distintas. En una empresa familiar el hecho de compartir la propiedad de la empresa añade aún más la complejidad. Habrá más personas involucradas en la relación familia-empresa y las relaciones serán más amplias y variadas y por lo tanto más complejas.
En el caso de una familia no empresaria el crecimiento de la familia necesariamente implica tener pensados los mecanismos de transferencia de la propiedad. Y no es lo más deseable comunicarlo cuando se abra el testamento.
Pero, además del tema de reparto de los recursos generados, en una empresa familiar aflorarán los temas relacionados con el poder y trabajo. ¿Quién ocupará determinadas posiciones de  poder? ¿Quién va a trabajar en qué puestos? Etc.
La mejor manera de tener alguna probabilidad de éxito es dotarse de estructuras. He aquí algunas recomendaciones que han demostrado funcionar en los procesos de sucesión:
-          Con la llegada de la tercera generación la familia empresaria debería dotarse de un consejo de familia. Puede hacerse antes pero en 3G ya es imprescindicle.
-          Tendrá que pensar si hay suficiente patrimonio familiar que no esté directamente vinculado al negocio principal como para gestionarlo en un family office.
-          Iniciar  alguna acción filantrópica común que actúe de aglutinador.
-          Establecer mecanismos formales de comunicación
-          Implantar la meritocracia, la única regla para la asignación de personas a los distintos puestos de trabajo
-          Facilitar los cambios en la propiedad del capital
-          Disponer del protocolo familiar para entrar en detalle en todos los temas mencionados
Y no olvidarse de un valor universal que implícitamente se impone en todas las relaciones humanas: la Libertad. La empresa familiar no puede convertirse en una jaula de oro que obliga a nadie elegir una carrera profesional no deseada o mantener la participación accionarial por imposición.
Únicamente así, cada generación y cada miembro puede aportar un valor mayor que el que haya recibido y trasmitirlo a la generación siguiente. Es la cadena natural que hace posible la continuidad de la empresa familiar.






Saludos,