martes, 20 de agosto de 2013

El liderazgo en la empresa: los 6 estilos directivos de gestión


Para vuestro conocimiento y utilidad...







El liderazgo en la empresa: los 6 estilos directivos de gestión


sillones variospor: 

¿Qué clase de jefe tengo? Existen 6 tipos distintos de estilos directivos de gestión  y conocerlos es fundamental.  ¿Por qué? Porque si conocemos el estilo de liderazgo de nuestro superior podremos conocer sus motivaciones, sus aspiraciones y usar esta información en nuestro beneficio. Así que… ¿qué estilo directivo usa tu jefe?

El estilo coercitivo en la gestión empresarial

Un jefe coercitivo es un líder rígido e inflexible. Cuando se usa este estilo el líder opta por dar muchas órdenes directas sin ofrecer a sus subordinados la oportunidad de expresar sus ideas y opiniones.

Este líder no sólo no opta por el sistema de recompensas sino que, además, se centra en criticar y castigar los fallos generados por las desobediencias. Por tanto, la motivación del equipo se resiente enormemente ante la imposibilidad por parte de los empleados de percibir que gracias a su trabajo se están alcanzando los objetivos empresariales.

Por lo general se trata del estilo de gestión menos efectivo pero… puede ser el recomendado en situaciones de crisis cuando es necesario mostrar autoridad y los empleados necesitan órdenes claras y directas.

El estilo orientativo dentro de una empresa

Esta clase de liderazgo se centra en crear una visión y explicar a los trabajadores qué hay detrás de ella.  En este estilo de gestión sí que se tiene en cuenta la opinión y las  ideas de los trabajadores.

Respecto a los sistemas de recompensas, el estilo de gestión orientativo premia el buen rendimiento pero también penaliza los fallos. Los trabajadores entienden perfectamente qué es lo que se espera de ellos y son conscientes de su importancia en la organización, maximizando el compromiso hacia los objetivos.

Esta clase de gestión es eficaz en equipos en los que el líder es percibido como un experto en la materia capaz de establecer instrucciones y de motivar a los trabajadores.

El estilo de gestión afiliativo: lo importante son las personas

El líder afiliativo se caracteriza por fomentar lazos afectivos entre los trabajadores. La prioridad de este líder consiste en promover un ambiente agradable en la empresa descuidando aspectos como la dirección y la fijación de objetivos: lo prioritario son las personas.

Respecto al sistema de recompensas, este líder premia el buen desempeño pero es incapaz de castigar el malo para evitar confrontaciones.

Si bien este estilo puede ser efectivo en situaciones en las que haya un mal clima laboral y sea necesario generar armonía, por lo general esta clase de líder es totalmente ineficiente ante situaciones de crisis o en las que haya que penalizar el mal desempeño. A pesar de que pueda ser percibido como un líder débil, lo cierto en que en muchos casos este líder cosecha la lealtad de sus empleados.

El estilo  participativo, una gestión basada en la confianza

Este estilo de gestión se basa en la confianza en los trabajadores, por lo que sus opiniones e ideas son tenidas en cuenta buscando siempre el consenso. Este líder fomenta la confianza, el respeto y el compromiso del grupo.

Respecto al sistema de recompensas, este líder se centra en premiar el buen desempeño sin ser demasiado severo con el malo.

¿Cuándo será útil el estilo participativo? En aquellos casos en los que los miembros del equipo son competentes o en equipos en los que es necesario un mayor nivel de coordinación. Sin embargo son muy comunes reuniones interminables en las que se suele aplazar la toma de decisiones difíciles.

El estilo imitativo: dirige dando ejemplo

Nada más estimulante que comprobar que tu jefe se implica en el trabajo predicando con el ejemplo. En el estilo de gestión imitativo el líder marca unos objetivos elevados y los ejemplifica tomando como estándares la rapidez y la capacidad.

Ante los problemas, opta por resolverlos él mismo sin contribuir al desarrollo del empleado. Sin embargo, esto puede convertirse en un problema para la empresa ante  situaciones en los que el líder sea incapaz de atender todo el trabajo personalmente.

Y por último, el estilo capacitador

En esta última clase de estilo de gestión, el líder ayuda a sus trabajadores a conocer sus propias fortalezas y debilidades. Ofrece autonomía al equipo para que marque sus propios objetivos proporcionando orientación al trabajador para fomentar su desarrollo profesional.

Esta clase de estilo directivo es muy eficaz en el caso de contar con empleados ambiciosos, motivados y dispuestos a tomar decisiones asumiendo riesgos.

Conclusiones:

Ahora que ya conocemos todos los estilos de gestión la pregunta es inevitable: ¿Cuál es el mejor de todos? Sin embargo como hemos visto todos los estilos son aptos para unas determinadas circunstancias y totalmente ineficientes para otras.

Un buen líder será aquel capaz de adaptar su estilo de gestión a las circunstancias de cada situación concreta para alcanzar así el máximo desempeño de su equipo.