jueves, 6 de junio de 2013

El reto de mejorar la comunicación entre los miembros de la familia empresaria


Para vuestro conocimiento y utilidad...








El reto de mejorar la comunicación entre los miembros de la familia empresaria

No es extraño que un miembro de una Empresa Familiar haya deseado en innumerables ocasiones que su familia le escuche y se dirija a él con la misma actitud y atención con la que se trata a un cliente, a un proveedor o, incluso, a otro trabajador que no comparta el apellido familiar.

 

Muchos de los orígenes de las dificultades de comunicación en la Empresa Familiar se basan en la compleja orquestación de las motivaciones y expectativas del empresario de éxito con las de las generaciones siguientes.

Estas diferencias de base, nos muestran que el modelo de comportamiento del líder empresarial es difícil de transmitir a la siguiente generación, ocasionando respuestas no esperadas que dificultan la comunicación efectiva dentro del núcleo familiar. Esta situación llega a reflejarse negativamente en la marcha de la empresa ya que abre brechas en la unidad familiar, cuyos miembros se sienten sistemáticamente comparados por la familia y los trabajadores.

Se trata de una situación crítica que se acentúa durante el proceso de transición generacional. Es esta, por tanto, una gran oportunidad para afianzar las tres armas que potencian la continuidad y el éxito de la Empresa Familiar: unidad, cariño y respeto. Estas tres piezas se articulan a través de la comunicación entre los miembros de la familia. La unidad es consecuencia de poseer valores comunes; el cariño, el germen desde el que se establecen los vínculos que posibilitan el crecimiento; y el respeto es la autoridad concedida a las decisiones de cada miembro familiar que trabaja en la empresa.
Si establecemos unos sólidos lazos familiares, fundamentados en una buena comunicación, éstos actúan como amortiguadores de la presión invisible entre sus miembros, manteniendo la unidad ante situaciones adversas y posibilitando así la continuidad como Empresa Familiar. Por todo ello, no se debe descuidar la importancia estratégica de la actitud diaria, ya que una mala comunicación puede impedir que se afronten con éxito momentos críticos como la transición generacional.

Cuando los hábitos de comunicación en la familia empresaria se distancian de los valores que hemos recalcado, nos encontramos con modelos de comunicación negativos de los que destacamos los siguientes:

  1. Evitación: "Yo ya no digo nada", "Prefiero no tener que hablar con él".
  2. Comunicación en triángulo: "Habla con fulano, a mí ya no me metas en eso que no quiero problemas", "Dile a mengano que así no podemos seguir y que cambie su actitud".
  3. Negación: "En realidad nos comunicamos muy bien", "Siempre estamos de acuerdo".
  4. Inculpación: "Es una persona de carácter insoportable, yo hago lo que está en mi mano, pero no cambia".

Nuestra experiencia en este campo nos enseña que:

  • No se trata de cambiar a las personas, sino de mejorar sus habilidades de comunicación.
  • La implicación de todos los miembros de la familia en el proceso hace que los resultados se multipliquen.
  • El proceso de mejora de la comunicación supone un importante impulso para el fortalecimiento de los vínculos familiares.
  • Es aconsejable la ayuda de un experto para asegurar los resultados.

¿Qué podemos hacer para mejorar el modelo de comunicación en la Empresa Familiar?

Como señalamos anteriormente, se trata de un proceso que requiere la implicación de todos los familiares en mayor o menor medida, por lo que es fundamental encontrar la sintonía adecuada para empezar a trabajar.

Inmersos en la mejora de habilidades de comunicación con familias empresarias, seguimos una sistemática adaptada a las necesidades específicas de cada caso, si bien el proceso implica un detallado análisis del punto de partida, lo que nos permite elaborar un plan de acción consensuado con la familia. A lo largo del proceso, trabajamos a nivel individual y colectivo, realizando evaluaciones, sesiones de retroalimentación y dinámicas de grupo, que posibilitan el establecimiento y alcance de objetivos de mejora acordes con la cultura y los valores de la familia empresaria. Por último, dada la complejidad del proceso y con el fin de afianzar lo aprendido, determinamos un periodo de seguimiento acorde al trabajo realizado.

Por último, resumir algunas recomendaciones provenientes de las familias que han trabajado en estos procesos de mejora de la comunicación:

  • Es importante poner en marcha las soluciones lo antes posible.
  • Para desatascar problemas enquistados por una falta de comunicación, es importante acudir a ayuda externa especializada en provocar y gestionar estratégicamente el cambio, equilibrando familia y empresa.
  • Es importante darse cuenta que las situaciones más preocupantes son, en muchos casos, una consecuencia lógica del crecimiento paralelo de la empresa y de la familia.

Autor: Pilar de Nicolás