lunes, 15 de octubre de 2012

Emprendedores sociales: Cambia el mundo con tu negocio | Constitución y Formalización


Emprendedores sociales: Cambia el mundo con tu negocio

Emprendedores sociales: Cambia el mundo con tu negocio
Los emprendedores sociales se diferencian del resto de nuevos empresarios mediante su rasgo distintivo que es la motivación. No buscan sólo un beneficio económico o una salida profesional. Su intención es encontrar una solución a un problema concreto y tratar de que su actuación cale en la sociedad y provoque un cambio permanente.

Este colectivo de emprendedores tiene mucha fuerza en muchos países. Sin embargo, la tendencia general apunta a un incremento en otros. Estos son algunos de sus rasgos distintivos:

1. El perfil de estos innovadores tiene unas características propias. El rasgo diferencial es la ilusión. Están llenos de fuerza y con muchas ganas de dar notoriedad a sus causas con el fin de generar cambios. Suelen tener estudios universitarios pero, ante todo, son personas con valores muy fuertes como el liderazgo, la creatividad, la honradez y la coherencia.

2. Sacar adelante una empresa social requiere también otras cualidades. Ante todo, son personas perseverantes y dispuestas a redefinir y readaptar su idea, ponerla a prueba y luego difundirla hasta que se constituya en un nuevo patrón para la sociedad en su conjunto.

3. El cuidado de la gestión y la estrategia empresarial es fundamental. Estas empresas necesitan profesionales expertos en estas materias, así como en el área financiera. Su objetivo no es ganar dinero, pero precisan recursos para tener libertad de actuación. Por eso, la calidad de sus productos y servicios son clave para lograr la rentabilidad que buscan y necesitan. Una cosa es no lucrarse, y otra es no querer beneficios. Las empresas sociales han de ganar dinero para reinvertirlo en proyectos.

4. El sistema de trabajo y la organización de estas empresas no difiere mucho del de otros negocios. Para los emprendedores sociales no existe la palabra competencia, sino cooperación y creación. Sin embargo, deben recordar que para que su iniciativa funcione de verdad no hay que centrarse sólo en el objetivo social y tienen que cuidar mucho todas las áreas empresariales. Deben saber gestionar equipos, utilizar mejor los contactos y hacer un detallado plan de márketing.

5. Sobre el bajo índice de emprendedores sociales, es un problema cultural: "No tenemos una cultura de riesgo y del fracaso y nos gusta ir sobre seguro". Entre los que lo hacen, se pueden distinguir varias formas de operar. Hay dos modelos diferentes: "El emprendedor proactivo y autosuficiente, más propio del mundo anglosajón, que se caracteriza por trabajar de forma autónoma y responsabilizarse en primera persona de una causa; y el empresario social, más común en los países latinos, que se centra en denunciar, reclamar, reivindicar y que, con su forma de actuar, plantea una demanda al estado de bienestar".

Fuente: Expansión



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